Dos manzanas están sentadas en un tejado, una es verde, y la
otra es morada. No conocía manzanas moradas, le dice la primera a la segunda. Y
yo no conocía manzanas verdes, le responde la otra. Ambas se quedan calladas
una fracción de segundo. ¿A qué saben las manzanas verdes?... ¿Quieres
probar?.... Bueno. La manzana verde trata de acercarse a la otra, pero se
tropieza y empieza a rodar por entre las tejas, sin brazos o piernas que la
detengan, cae al piso, un humano la ve e inspecciona. Como está tan bella y
madura, le quita el polvo de la caída y se la va comiendo el resto de camino.
Creo que nunca sabré a qué sabe una manzana verde.
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